Después que la muy amable @taylor_viviana me sacudiera con severidad, no exenta de razonabilidad, una batería de tweets, procedo a responderle, con premura, a pesar que ello pueda acarrear una prosa poco cuidada.
A pesar del disgusto que siento por este Gobierno Nacional, no dejo de reconocerle algunos méritos.
El restablecimiento de la autoridad presidencial, la razonable renegociación de la deuda, el nombramiento de una Corte Suprema bastante mejor que la otra, la correcta lectura en el 2003 del estado de ánimo de la sociedad, la restauración de las paritarias, la obsesión por el pleno empleo, son cosas que no dudo en reconocer.
Pero también hay otras cosas que hacen que mi lectura de sus resultados sean ampliamente negativos. El balance en materia de transporte y energía es francamente desolador. En transporte prefirieron subsidiar a los empresarios, Jaime mediante, mantener sueldos altos y tarifas bajas. Resultado:10 años después el sistema ferroviario colapsa.
En Energía pudo mas la demagogia de no subir precios, favoreciendo alegremente el consumo desmedido, cobrar retenciones y despreocuparse de la exploración. 10 años después decidimos echarle la culpa a los españoles y a los Eskenazi, ambos socios a su debido momento y hacer la chantada de la parcial nacionalización de YPF, mientras Galuccio continúa tratando de obtener esquivas inversiones. Y nuestra balanza comercial se escurre por la canaleta de la importaciones de energía.
Ni que hablar de la falsificación del INDEC y las sucesivas mentiras para tapar ese mamarracho, finalizando con decir que asi pagábamos menor por la indexación del CER, omitiendo que por otro lado, pagábamos demás por el cupón PBI. Cuentas que no contemplan el daño al intangible que es la reputación de un país serio. Ni que hablar de los ridículos intentos de merluza, carne, bicicletas, etc., etc., "para todos".
Y no es que reconozca que el país en 2001/03 no estaba en el quinto infierno. Parte por erradas políticas de privatizaciones (no todas y algunas de ellas sirvieron para la recuperación 2003-07), por el mantenimiento del dolar bajo (oia, casualidad) y por la impericia del gobierno aliancista, cuyos cuadros mas señeros son parte integrante y entusiasta del Gobierno, sin que se les mueva un músculo facial.
Pero asi como reconozco ese estado de cosas, deberían algún día acusar recibo que tuvieron los mejores precios internacionales de commodities agrícolas desde Roca (perdón por nombrarlo) hasta ahora, gracias al boom chino y no a estas maravillosas gestiones. Aún asi, nos las hemos arreglado para lograr la menor superficie sembrada de trigo en los últimos 110 años.
Por eso mi balance es un regular.
Pero lo que convierte a este Gobierno en detestable es su actitud política confrontativa contra todo, de creerse los inventores de la Argentina, de arrogarse no se que autoridad moral para señalar a tirios y troyanos del presente y del pasado (Azurduy vs Colón, Roca vs Evita, Qom vs Insfrán, etc., etc.), además de sus falacias argumentativas en materia de seguridad y política exterior. El Relato, mentiroso y cambiante, me tiene harto. La exclusión implícita del 46% de nuestro pueblo de 2011 es también resultado de ese maniqueísmo.
Lo peor es que, con algo de moderación y una autoridad económica racional, sumada a esa tremenda e innegable voluntad de poder y a una gran habilidad para sacar conejos de la galera (cualidades para nada criticables) podrían hacer realidad su sueño de eternidad.
Cosa que la sucesión peronista parece haber detectado y haber comenzado a explotar en beneficio propio.
Yo también espero que el próximo gobierno no anule los logros y procure enmendar los errores.
Sería terrible soportar otro intento presuntamente fundacional.
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