El discurso de Cristina de ayer me pareció muy sentido y emotivo. No me pareció mala la distinción entre dolor y dificultad. No fue una mala metáfora.
Pero sentí que no había una sola palabra de reconocimiento a quienes no comulgamos con éste gobierno. El agradecimiento, yo no lo pretendo, sólo alcanzaba a los propios. Ni una palabra ni una mención a los opositores que respetuosamente se acercaron al velorio.
Somos argentinos, kirchneristas o no. Hemos lamentado la muerte de un ex-presidente, de un político cuya presencia no será indiferente a la historia argentina. Gran parte de la sociedad lo acompaño en su último adiós y otra gran parte lo miró con respeto por TV.
Yo pertenezco a este sector.
No me sentí incluido por la Sra. Presidenta, que es, también, mi Presidente.
Puede ser que al kirchnerismo esto le parezca correcto y natural. A mi no.
2 comentarios:
Estoy de acuerdo, Observador. Los que esperábamos que esta experiencia sirviese para, por unos días, poner la pertenencia al país por sobre la división política coyuntural, nos hemos desilusionado rápidamente. Peor aún, en muchos casos parece que se nos hubiese negado a quienes no apoyamos al gobierno el derecho a sentirnos dolido por la muerte de Nestor.
A la señora presidente, la comprendo en su dolor ,es un momento especial. Por unos instantes tuve la ilusion de que capitalizara su gran pena ,en un gran crecimiento personal ,como lo hacen la "madres del dolor",pero me temo que su resentimiento de siempre y ahora ademas con la vida ,la vuelvan mas agresiva .
Quiera Dios iluminarla .
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